El primero tiene que ser perfecto
Carta enviada el 19 de diciembre de 2022
Tengo muchos días tratando de escribir esta carta, la verdad es que por ser la primera quería que fuera perfecta, que dijera lo justo, que enganchara, que fuera maravillosa…. ERROR… no existe nada más paralizante para un proyecto que justo eso: querer que sea perfecto.
A veces solo hay que dejarse llevar, confiar en que algo bueno saldrá de dejarse fluir. Yo pensé que mi perfeccionismo estaba superado, que el emprendimiento me lo había enseñado, que los 7 años de vivir en Suiza sin hablar ni una palabra de alemán me había dado las lecciones suficientes, pero mi síndrome del impostor a veces se asoma con la cara de la perfección.
Tengo mil ideas en la cabeza y ninguna termina de ser lo suficientemente fuerte para ser “la elegida”, pero se me ocurre contarles por qué quiero tener esta nueva forma de comunicarme con ustedes.
Este año fue movilizador, fue un año complicado, fue un año que me tumbó en el piso. Un año que me hizo replantearme todas mis formas de relacionarme, de querer, de dar y de recibir. La mudanza fue algo más que solo una mudanza física, siento de alguna forma que mi corazón también se mudo, llegó a un lugar nuevo y me obligó a mirar muchas cosas desde otro punto de vista. Gritó tan duro que tuve que escucharlo. Todavía hay cosas que se mueven, todavía cosas que no descifro, pero sé que los cambios seguirán, ni creo que esto tenga vuelta atrás.
Dentro de esos llamados vino la necesidad de querer construir lazos más fuertes con mi comunidad, más sinceros. La sinceridad también viene de mostrarme más, compartirme más. Mi corazón también me dijo que no era en Instagram donde estaban esos lazos, no se siente de ninguna forma un lugar de autenticidad y donde pueda crecer en amor y conexión con ustedes, y cómo escribir está entre mis actividades favoritas decidí que esta sería la mejor forma para mi de crear esos lazos.
Este es solo un lazo en construcción y estoy dispuesta a que mute, que tome la forma que sea, confiando en lo que diga mi corazón.
¡Ojalá este sea el primero de muchos!
Ricky mi gato y la vista de mi nueva casa en San Francisco
Tómate la foto… cómete el segundo plato
Este año en marzo se murió mi abuela, que era una de las personas más importantes y presentes en mi vida. No voy a explicar mucho sobre el dolor, pero sí les quiero contar sobre mi última Navidad con ella.
El año pasado viajé para que pasáramos la Navidad juntas, algo en mi corazón me decía que sería la última. No soy adivina, ella estaba enferma y cada vez estaba peor. Así que hicimos todos los esfuerzos por pasarla junto a ella. Obviamente que tengo muchos recuerdos de ese día, fue lindo, íntimo y divertido. Comimos, nos dimos regalitos y jugamos juegos de mesa, la pasamos muy lindo.
Muchas navidades las pasé con ella, así que en estos días estaba recordando esa última Navidad, comencé a buscar fotos en mi celular y no encontré de ese día; me puse a hacer memoria y recordé que ese día no me quise tomar muchas fotos, porque no me sentía linda, venía de la pandemia y recuerdo que la ropa me quedaba un poco apretada, así que le huí a las fotos. Recordando ese día tan bonito hoy me siento estúpida de no haberme tomado esas fotos, miles de fotos esa noche.
Tómate la foto esta Navidad, disfruta de la gente que tienes cerca, come la comida que quieras, repite cuantas veces quieras, ponle límites a quienes quieran criticarte de cualquier forma y no dejes que nadie te arruine el momento. Acuérdate que yo el año pasado no me tomé la foto y aunque guardo en mi corazón los recuerdos más lindos del mundo me hubiera gustado haberle dicho que sí a esa y a otras miles de fotos más.
Se feliz esta Navidad,
Gracias por ser parte de estas cartas, si te animas respóndeme yo estaré feliz de leerte.